martes, 7 de julio de 2009

Se apagó LA ESTRELLA




He tardado en publicar esta entrada porque creía que la ocasión merecía respeto, dedicarle tiempo y pasar la resaca de tanta información, opiniones y sensaciones. Caeré en multitud de tópicos, pero así lo siento, y así me voy a expresar, desde mi modesta y respetuosa opinión.

Lloré… sí, lloré cuando me enteré de la noticia, no me lo podía creer: Michael Jackson había muerto. Uno de esos seres que crees que siempre existirán, ya no existirá más. LA ESTRELLA se había apagado. Una estrella más sube al firmamento. Lloré igual que lloré cuando me enteré de la muerte de Lola Flores, de Freddy Mercury, de Lady Di o de Paul Newman. Formaban parte de mi vida, de mi cultura, del momento que me ha tocado vivir. Un pedacito de mi se fue con ellos.

Michael era un genio, un derroche de creatividad incomparable, un regalo del cosmos, que quiso reunir en él los ingredientes de un cocktail perfecto para todos, menos, quizá, para él. Para llegar a ser el “súper” artista que fue, sufrió mucho, su infancia le marcó y le hizo convertirse en un eterno Peter Pan. Y el sufrimiento y tormento que sintió los días previos a su muerte, fue el desencadenante de su trágico final.

Me voy a permitir sentirme un poquito más cerca de él que otras personas. Sólo una parte de los humanos pueden decir que hay algo que les une a otros tantos seres humanos. Los que descendemos de varias generaciones de negros americanos tenemos la certeza de que nos une algo histórico, trágico, doloroso, fuente del blues, del soul, de grandes manifestaciones artísticas, de grandes injusticias, de grandes logros. TODOS somos descendientes de esclavos negros, somos conscientes de que un “tátara” nuestro fue esclavizado y eso te une de alguna forma a otros tantos como tú.

Yo me permito el lujo de sentir esa conexión, de sentirlo más "mío". Es algo que no expresas, en lo que no piensas habitualmente; sobre todo alguien como yo, nacida y criada en España, con una familia en su gran mayoría blanca, sin haber sentido discriminación ni rechazo, sin haber mamado de una cultura negra, pero siendo consciente de que esa parte de mí está ahí, como una suerte de marca identificativa.

Michael Jackson abrió la puerta a muchos artistas afro-americanos, y él mismo se convirtió en el artista más grande de la historia, para mí y para millones de seres humanos.

Por otro lado, su compromiso con causas humanitarias era muy importante. Entregó 300 millones de dólares a causas benéficas durante su vida, y después de su muerte seguirá aportando a diversas causas, como él mismo dejó reflejado en su testamento. El resto de su vida privada, no merece ni mención. Ya se han encargado otros de intentar ensuciar el brillo de LA ESTRELLA, cosa que no conseguirán. Y yo no voy a entrar al trapo.

Recuerdo perfectamente el día que vi por primera vez el vídeo de Thriller, yo tenía 13 años, mi madre me animó a verlo y fui con mis padres a un bar de un pueblo de la sierra de Segovia donde veraneábamos. Me quedé impresionada, los pelos de punta, miedo, admiración…

He tenido el gran privilegio de haber asistido a un concierto de Michael Jackson y de haber pertenecido a una de las generacines que creció con sus canciones.

De adolescente me encerraba en el salón de mi casa para ver una y otra vez el vídeo “Smooth Criminal” y, osada de mí, intentar bailar su coreografía. Me he aprendido sus canciones y las he “cantado” cientos de veces. Le doy las gracias por esas maravillosas canciones llenas de mensajes: “Heal the world”, “Will you be there”, “Man in the miror”, “They don’t really care about us”… Gracias también por esas obras maestras que son sus vídeoclips.

Justo el año en el que he decido recuperar mi formación musical, y con ello, acabar con una frustración y un lamento constante: “no debí haber dejado de estudiar música”. Justo el año en que tomo esta decisión, desaparece el artista que me ha hecho vibrar en tantas ocasiones, hecho que me anima, aún más a no renunciar a mis sueños y a entregarme al placer de intentar tocar un instrumento.

Good by Jacko, best artist ever! Thank you for being so an important part of my life soundtrack. For me, no music - no life. So, a piece of me had died with you. Music feed my soul, thanks for feeding me. I will continue feeding myself with your legacy. Never forget you.

La canción favorita de Michael, “Smile” con música de Charles Chaplin y letra del propio Michael Jackson. “Sonríe, aunque el corazón te duela”